ACADEMIA DOCENTE

EL LUGAR DONDE LOS DOCENTES HACEN COMUNIDAD

Aún con las dificultades propias de la organización de un salón de clases los docentes tienen la posibilidad de llevar a cabo los procesos de enseñanza aprendizaje tomando en cuenta las emociones de los estudiantes.

Existen dos grandes alternativas mediante las cuales el docente puede considerar las emociones de los estudiantes.

La primera de ellas consiste en estar atento a las manifestaciones de la situación emocional por la que pueden estar pasando los alumnos, derivadas de condiciones estresantes de la propia escuela, de la familia o del contexto donde se desenvuelven.

Es importante observar esta situación porque en condiciones de vulnerabilidad emocional es imposible que los alumnos participen en actividades de aprendizaje significativas.

Debido a esto, los docentes han de contar con recursos para poder identificar y en la medida de lo posible, implementar estrategias que favorezcan el aprendizaje socioemocional de los alumnos.

Ya sea a través de juegos y dinámicas que propicien la liberación de temores y ansiedades mediante las cuales el propio grupo puede ayudar a encauzar. Por supuesto, en casos severos se deberá canalizar a los alumnos que presenten situaciones de estrés o ansiedad crónicos.

Otra dimensión igualmente importante consiste en organizar situaciones de aprendizaje que permitan que los alumnos se involucren cognitiva y emocionalmente en la actividad de aprendizaje.

Las actividades rutinarias y poco relevantes para los alumnos generalmente producen aburrimiento y poca participación. Por otra parte, las actividades muy demandantes, con una alta carga cognitiva y en algunos casos con poca comprensión de su sentido y propósito generan ansiedad y rechazo.

El interés y la curiosidad fomentan el aprendizaje y refuerzan los procesos cognitivos. Captar y mantener el interés requiere del uso de estrategias de aprendizaje activas.

Las actividades propias del aprendizaje cooperativo, del aprendizaje por proyectos el trabajo en equipo con la oportunidad de actuar y reflexionar sobre los temas y contenidos suelen propiciar el involucramiento emocional y cognitivo del alumno.

También es importante que las aulas se asuman como lugares en las que las emociones puedan expresarse y que los profesores valoren y escuchen estas emociones.

Es más, las reacciones apropiadas a dichas emociones deben también alentarse como una manera de nutrir métodos pertinentes de regulación de la emoción. Esto puede incluir la expresión apropiada de emociones destructivas como la rabia, y de otras menos problemáticas, como el entusiasmo.

Smith, M. (2019) presenta 3 características de las aulas emocionalmente positivas

  • Aula empática: Las relaciones son fuertes y los alumnos se sienten seguros; se confía en ellos y son valorados. Los profesores son cariñosos, les apoyan y son sensibles a sus necesidades.
  • Aula prosocial: Los profesores y los demás alumnos son de apoyo y aceptan la diversidad. Los alumnos se cuidan y se apoyan entre ellos y alientan a sus compañeros cuando las cosas se ponen difíciles.
  • Aula centrada en el aprendizaje: Los alumnos comparten un propósito y unos valores comunes. Los profesores y alumnos se dirigen a los objetivos y todo el mundo tiene claras las metas para las que están trabajando.

 

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  • Inteligencia emocional.
  • Conocimiento de las propias emociones y las del resto.
  • Autoestima.
  • Automotivación.
  • Empatía.
  • Resolución de conflictos.
  • Habilidades de vida.
  • Habilidades sociales.
  • Comprensión y regulación de las emociones

 

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Referencia:

Smith, M. (2019) Las emociones de los estudiantes y su impacto en el aprendizaje. Ed. Narcea

por admin

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